QWERTYUIOP...¿Qué es eso?
Pues bueno, las letras del título corresponden al primer mensaje de correo electrónico de la historia. Se lo envió a sí mismo Ray Tomlinson, en 1971, un ingeniero de la firma Bolt Beranek y Newman, contratada por el gobierno de los Estados Unidos para construir la red Arpanet (la precursora de Internet), tuvo la idea de crear un sistema para enviar y recibir mensajes por la red y apreto estas teclas al azar para probar su nuevo invento. Tomlinson eligió la arroba, que en inglés se lee "at (en tal lugar)", para especificar el destinatario del mensaje: Fulano en tal lugar; dando inicio a la era del E-mail.
Tomlinson pensó que colocando tras el identificador de usuario la denominación de cada red local sería posible la comunicación entre usuarios de distintas redes, y se le ocurrió recuperar el símbolo @, abreviatura inglesa utilizada al parecer en lenguaje bancario con el significado de “at the rate of”, y que en las direcciones de correo significa simplemente “at” (’en’).
Curiosamente, esta abreviatura vino a coincidir con la antigua abreviatura española para la unidad de peso equivalente a 11 kilos y 502 gramos perteneciente al sistema de pesas y medidas de Castilla. De ahí que en nuestro idioma se denomine a este símbolo por su nombre tradicional: “arroba”.
Pero el símbolo de la arroba esconde otras curiosidades: ¿Por qué estaba en el teclado si realmente no se usaba con frecuencia? ¿Qué había representado antes ese carácter? Para responder a estas preguntas hemos de remontarnos algunos siglos atrás.
Gráficamente, el símbolo de la arroba también procede del latín, y más concretamente de contraer las letras de la palabra AD, que significa "hacia" (también "en", "hasta", "a", "sobre" o "cerca", según los autores). En la edad media estaba muy de moda ligar (adherir o incluso solapar) las letras contiguas de la misma palabra. Las letras A y D (minúsculas) solían representarse con sus partes principales solapadas, y el rabito inferior derecho de la "a" terminaba levantándose verticalmente, para recordar también a la letra "d". Con el tiempo, este último rasgo vertical fue volcándose hacia la izquierda, de forma similar a lo que sería el número 6 visto en un espejo. Luego, el rasgo final fue tumbándose sobre la parte central del carácter, para terminar casi rodeándola y envolviéndola en una especie de "látigo espiral". Todavía, puede reconocerse parcialmente esta evolución, puesto que algunas fuentes tipográficas representan mayores o menores curvaturas en el trazo final. Por cierto, la palabra latina AD se traduce al inglés como AT, lo que aporta la relación entre esta arroba latina y la arroba informática que comentábamos antes: son la misma cosa. Tomado de varias páginas en la red.
Tomlinson pensó que colocando tras el identificador de usuario la denominación de cada red local sería posible la comunicación entre usuarios de distintas redes, y se le ocurrió recuperar el símbolo @, abreviatura inglesa utilizada al parecer en lenguaje bancario con el significado de “at the rate of”, y que en las direcciones de correo significa simplemente “at” (’en’).
Curiosamente, esta abreviatura vino a coincidir con la antigua abreviatura española para la unidad de peso equivalente a 11 kilos y 502 gramos perteneciente al sistema de pesas y medidas de Castilla. De ahí que en nuestro idioma se denomine a este símbolo por su nombre tradicional: “arroba”.
Pero el símbolo de la arroba esconde otras curiosidades: ¿Por qué estaba en el teclado si realmente no se usaba con frecuencia? ¿Qué había representado antes ese carácter? Para responder a estas preguntas hemos de remontarnos algunos siglos atrás.
Gráficamente, el símbolo de la arroba también procede del latín, y más concretamente de contraer las letras de la palabra AD, que significa "hacia" (también "en", "hasta", "a", "sobre" o "cerca", según los autores). En la edad media estaba muy de moda ligar (adherir o incluso solapar) las letras contiguas de la misma palabra. Las letras A y D (minúsculas) solían representarse con sus partes principales solapadas, y el rabito inferior derecho de la "a" terminaba levantándose verticalmente, para recordar también a la letra "d". Con el tiempo, este último rasgo vertical fue volcándose hacia la izquierda, de forma similar a lo que sería el número 6 visto en un espejo. Luego, el rasgo final fue tumbándose sobre la parte central del carácter, para terminar casi rodeándola y envolviéndola en una especie de "látigo espiral". Todavía, puede reconocerse parcialmente esta evolución, puesto que algunas fuentes tipográficas representan mayores o menores curvaturas en el trazo final. Por cierto, la palabra latina AD se traduce al inglés como AT, lo que aporta la relación entre esta arroba latina y la arroba informática que comentábamos antes: son la misma cosa. Tomado de varias páginas en la red.
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